De la logística integral a la logística colaborativa

La situación económica actual que hemos alcanzado, característico por ser tan global, ha dado lugar a una evolución en el sector logístico, de un concepto tradicional conocido como logística integral a uno nuevo y más avanzado, lo que actualmente se conoce como logística colaborativa.

Con el primero, se ha pretendido siempre obtener el máximo de eficiencia en la gestión de los flujos de información, de los materiales y de las mercancías, de una forma única, integrada, a través de una cadena: proveedores-fabricantes-transportistas-distribuidores-clientes. Un enfoque de los esfuerzos de los trabajadores hacia una eficaz cadena de distribución, ganando en flexibilidad, reduciendo costes y minimizando el tiempo de respuesta, obteniendo así un mejor servicio para los clientes y mayor rentabilidad en el proceso productivo.

 Las bases sobre la que se sustenta este sistema son: el control continuo de los inventarios (salidas y entradas), un óptimo sistema de transportes, eficiente gestión de los pedidos y el control del stock. Partiendo de estos cuatro puntos se toman las decisiones sobre cuándo, como, hacia dónde y en que cantidad se realizan los pedidos de las mercancías.

Un paso más allá de la gestión de la cadena de distribución, es decir, sin olvidarnos del trabajo que conlleva su eficiente funcionamiento, se añadiría el esfuerzo colectivo, el trabajo en equipo, estrategias que benefician al grupo o comunidad, aplicando así el dicho conocido "la unión hace la fuerza", es lo que se conoce como logística colaborativa. Lo que este concepto quiere decir es que si mejoramos el servicio hacia nuestro cliente, a él le va a beneficiar y esta satisfacción se trasladará a nuestro negocio, mejorando así la relación de confianza y transparencia de la información, que finalmente se hará presente en una mejora de los resultados de nuestra actividad comercial.

Los puntos claves para alcanzar esta situación es: la mejora de calidad del servicio, reducir los gastos, simplificar las gestiones administrativas y así reducir el tiempo de respuesta, incentivar una actitud proactiva sobre los intereses del resto de agentes de la cadena de distribución y el empleo de las tecnologías como fuente de información útil para facilitar la salida y entrega de mercancía (CRM, EDI, códigos de barras, mail, web, etc.)