Arabia Saudí se ha convertido en uno de los destinos principales de los
proyectos relativos a la construcción e instalación de infraestructuras ferroviarias con sello
español.
Recientemente el Ministerio de Fomento ha estado de visita en el país árabe
para asentar una relación a largo plazo y así aprovechar las necesidades
futuras que este pueda tener, ya que se prevé que se puedan realizar unas
licitaciones que alcanzarían los 100.000 millones de euros. Actualmente en la
región se están realizando las labores de construcción de la vía ferroviaria AVE que unirá Medina con La
Meca. Un recorrido ideal para poner a prueba la funcionalidad y calidad de la
gestión española, en uno de los destinos principales de la región musulmana que
congrega un peregrinaje masivo de ciudadanos.
Entre los proyectos más interesantes destacan: el corredor ferroviario norte-sur al que aspiran
Renfe y Adif, la conexión de mercancías de este-oeste (Golfo Pérsico-Mar Rojo)
y el metro de Jeddah. Además de otras oportunidades en puertos, aeropuertos y
edificios de carácter público, como es el ejemplo de OHL, la cual está
interesada por la construcción del nuevo hospital de Riad, y así convertirse en
el más grande del mundo. Además, FCC, otra empresa española, se acaba de
adjudicar parte de las obras del metro de Riad, por 6.000 millones de euros,
una superestructura gestionada a través de un consorcio hispano-saudí de doce
empresas: Adif, Alshoula, Al-Rosa, Cobra, Consultrans, Copasa, Siemens,
Imathia, Indra, Ineco, Inabensa, OHL, Renfe y Talgo.
La imagen de España en este proyecto se está viendo favorecida por los retrasos
por parte de las empresas chinas, responsables de las obras de plataforma,
retrasando la entrega del proyecto de 36 a 52 meses. Para evitar mayores
retrasos, la Saudi Railways Organization (SRO), ha pedido al consorcio español
que comiencen a trabajar en otras áreas para ir adelantando el trabajo.
Y por otra parte, con retrasos también, se llevará a cabo la licitación del
AVE en Brasil, el cuál unirá la ciudad de Río de Janeiro y Sao Paulo. Un
proyecto estimado en unos 13.000 millones de euros, con la construcción de una
línea de alta velocidad de 511 km., y gestionado por el consorcio de empresas públicas
Renfe, Adif e Ineco, y las firmas privadas ACS, Talgo, Indra, Elecnor, Abengoa,
Thales, Bombardier y Dimetronic.
El retraso en este último proyecto se ha llevado decidido como conveniente
para así analizar los diferentes riesgos de tipo financiero y tecnológico. Esta
es una medida prudente ya que es la primera concesión mundial que sale a
concurso de este tipo de servicio, y así poder evitar retrasos durante la
construcción del proyecto por una falta de análisis general, como podría ser un
incremento de costes inesperado.
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